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El factor humano en las pymes

Artículo de Damián Frontera, Director de REDIT publicado en Levante EMV el domingo 21 de diciembreDamián Frontera de 2014.

Una de las claves de la competitividad de las empresas tiene que ver con el valor de sus directivos, con que sean personas formadas, flexibles y que se rodeen de un buen equipo de colaboradores. El activo humano es fundamental en cualquier empresa, ya que no podemos olvidar que el conocimiento lo transmiten exclusivamente las personas.

A esto hemos de unir la capacidad de trabajo y de adaptación a entornos cambiantes. Es imprescindible, en los tiempos que corren, que los directivos sean capaces de provocar y dirigir los cambios, es decir, de innovar permanentemente.

Estos valores están bastante claros en las grandes compañías donde la búsqueda de talento y directivos capaces está muy interiorizada. Sin embargo, muchas pymes y especialmente las familiares, deben mejorar sus políticas de recursos humanos.

Uno de los aspectos fundamentales es no confundir la “cultura del esfuerzo” con la “cultura de trabajar de sol a sol”. Lo importante es la eficacia y estar abiertos a las fluctuaciones de trabajo. Es decir, seguir un horario pero con libertad y valorando el tiempo personal de los empleados.

El empresario o director general marca con su impronta el régimen de trabajo y tiene que ser el primero en demostrar esta filosofía en su día a día. El disfrute de tiempo de calidad fuera del horario laboral tiene, además, efectos positivos para la empresa: se abre la organización a una mayor dosis de frescura, creatividad y al despliegue de nuevas ideas.

Otro aspecto fundamental de un buen directivo es la confianza en su equipo. Debe ser capaz de rodearse de trabajadores motivados y de dar participación plena a sus colaboradores huyendo de personalismos o de suplantación de responsabilidades. La cultura de la nueva empresa se apoya en la creación de un clima comunicativo y participativo a todos los niveles. Para esto, las empresas necesitan dotarse de personas que tengan poder de decisión, pro actividad, responsabilidad y capacidad de trabajo en equipo.

Evidentemente contratar profesionales así requiere destinar importantes recursos a la gestión del talento y el personal pero, a largo plazo, la cuenta de resultados crecerá por haber apostado por un equipo que estará preparado para enfrentarse a los retos que representa la globalización.

Algunas pymes y empresas familiares ya han incorporado la filosofía de horarios y responsabilidades apuntada anteriormente. A las demás, les animo a hacerlo lo antes posible para poder integrar en su estructura a profesionales que aporten conocimiento e innovación. En la empresa, los directivos excelentes exigirán una cultura basada en lo apuntado: horarios que permitan, salvo momentos clave de verdadera necesidad, una vida equilibrada profesional, familiar, lúdica, social, deportiva y espiritual, en un clima participativo y con unas responsabilidades definidas y practicadas con rigor.

La nanotecnología y los plásticos, una firme apuesta por el futuro

Artículo de José Antonio Costa, Director del Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) publicado en Levante EMV el domingo 16 de noviembre de 2014.

Aunque el concepto de nanotecnología lo introdujo por primera vez el Premio Nobel de Física Richard Feynman en 1959, su uso en el desarrollo de nuevos materiales plásticos es relativamente reciente. Desde que estas pequeñas partículas, del mismo tamaño que un virus, empezaron a utilizarse a finales de los año 90 hasta hoy, han sido muchos los esfuerzos que se han desarrollado tanto a nivel de I+D básica como aplicada, disponiendo ya en el mercado de un buen número de productos que se sirven de ellas. A través de la nanotecnología es posible fabricar plásticos que superan las limitaciones propias de este material y obtener plásticos conductores de la electricidad, resistentes al fuego, al rayado o a la radicación solar, con propiedades bactericidas o fungicidas, superhidrófobos o anti-olor, entre otras.

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El potencial que se atribuye a la nanotecnología ha llevado a afirmar que se trata de la próxima revolución industrial para el siglo XXI. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea y Japón, lideran los desarrollos en este campo, invirtiendo en ambiciosos programas de I+D que, en el caso de la UE, supone un cuarto de la inversión mundial. Acaba de publicarse el informe «Horizon 2020: Key Enabling Technologies (KETs), Booster for European Leadership in the Manufacturing Sector», encargado por el Parlamento Europeo, en el que se define a la nanotecnología como una de las seis tecnologías clave para conseguir que la industria europea siga siendo competitiva y capaz de dar respuesta tanto a los retos sociales actuales como a los futuros, a través de innovaciones radicales en campos como el cuidado de la salud, la energía, el medioambiente y la fabricación industrial.

En el año 2010, gracias al premio nobel que se concedió a los físicos de la Universidad de Manchester Andre Geim y Konstantin Novoselov, un nuevo material, el grafeno, ha venido a revolucionar el campo de la nanotecnología. La Unión Europea ha puesto en marcha la iniciativa Graphene Flagship dotada con 1 billón de euros para llevar el grafeno de los laboratorios a la industria en un plazo de 10 años. Se trata de la mayor iniciativa de investigación colaborativa puesta en marcha jamás por la Comisión Europea y coordinará los esfuerzos de toda la cadena de valor, desde la producción de materiales hasta la fabricación de componentes e integración de sistemas, para explotar las propiedades únicas que presenta este material.

En España son muchos los grupos de investigación, centros tecnológicos y empresas los que venimos trabajando en nanotecnología desde hace más de una década. Los últimos datos disponibles de 2012 cifran en 96 las empresas que trabajan en este campo. En cuanto a retorno conseguido en el VII Programa Marco, en la prioridad temática de nanotecnología, materiales y producción (NMP), España ocupa una meritoria 4ª posición. Estas cifras nos hacen mirar al futuro con optimismo, pero todavía es pequeño el número de empresas que han explorado esta vía para diferenciar sus productos. Es una apuesta de futuro, no exenta de riesgos, pero hay financiación para apoyarla y una valiosa experiencia ya acumulada en centros de I+D+i, que debemos aprovechar para no quedarnos rezagados y seguir compitiendo en igualdad de condiciones que nuestros homólogos europeos.

Innovar en Europa

Artículo de Cristina Del Campo, Directora de REDIT,  publicado en Levante EMV.

 

La Comisión Europea ha lanzado la primera convocatoria de ayudas a proyectos del Horizonte 2020, su nuevo programa de apoyo a la I+D+i. Entre 2014 y 2020 Bruselas pondrá a disposición de empresas y entidades casi 80.000 millones de euros, la mayor apuesta pública de la historia a favor del conocimiento y la innovación.

El nuevo programa mantiene entre sus objetivos la investigación y el desarrollo de tecnologías y apuesta decididamente por la innovación como prioridad, dedicando más de 7.000 millones de euros a la participación de las pymes.

Esto significa que durante los próximos siete años habrá numerosas oportunidades para empresas y entidades, aunque la competencia también es enorme. Los Programas Marco son muy selectivos, con un ratio promedio de financiación de una de cada cinco propuestas presentadas. Sin embargo, la recompensa bien lo vale: la financiación alcanza el 70% de los costes directos para las pymes, con una parte concedida como adelanto a la firma del contrato. Por lo tanto, aunque las empresas deben vencer algunos miedos y pueden encontrar dificultades ante la complejidad administrativa del programa, se trata de una ocasión inmejorable para la financiación de sus proyectos de I+D+i, además de un espacio ideal para las alianzas con nuevos clientes y proveedores.

Con el objetivo de hacer máxima difusión de las convocatorias e incrementar así  la participación de nuestras empresas, REDIT junto a otros agentes como la Red de Universidades Valencianas para el fomento de la Investigación, Desarrollo e Innovación (RUVID), el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y la Generalitat, ha participado en las últimas semanas en diversas jornadas informativas del Horizonte 2020. Desde octubre del año pasado se han celebrado sesiones relacionadas con los principales ámbitos temáticos cubiertos por el programa: salud, agua y medio ambiente, energía, pymes, transporte, ciencia excelente, TICs, agroalimentación y biotecnología. Esta misma semana se ha llevado a cabo una jornada en Castellón sobre nanotecnologías, materiales avanzados y nuevas formas de producción y procesos y, a principios de marzo, celebraremos otra sobre seguridad.

Los Institutos Tecnológicos de REDIT son un aliado natural de las empresas valencianas en sus retos de innovación y también juegan un papel fundamental de acompañamiento en los proyectos europeos. Entre 2009 y 2012 conseguimos un retorno de fondos nacionales y europeos de más de 79 millones de euros cada año, ayudando a que muchas empresas dieran el salto y apostaran por participar en proyectos de innovación de gran envergadura y con financiación internacional. El Horizonte 2020 es la ocasión de mejorar estas cifras y captar más fondos para nuestras empresas, poniéndolas al nivel de las mejores de Europa.

Algo falla

Artículo del Vicepresidente de REDIT, Rafael Ros, publicado en Levante EMV.

Infelizmente, no es la primera vez que en la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana lamentamos la pérdida de uno de nuestros trabajadores. La depresión económica general, acrecentada en el caso de nuestros Centros por la persistente y preocupante demora en los pagos por parte de las Administraciones Públicas, nos mantiene desde hace demasiado tiempo contra las cuerdas.vicepresidente redit

Se calcula que entre 300 y 400 personas altamente cualificadas se han ido de nuestros Institutos Tecnológicos en los últimos tres años. Cada mes se suma alguna nueva baja a nuestro censo de trabajadores y, con ella, son miles de horas de conocimiento acumulado (y financiado en gran medida con fondos públicos…) las que salen de nuestro maltrecho Sistema Regional de I+D+i.

Muchos se han ido por la vía de los numerosos EREs aplicados en varios de los Centros Tecnológicos, forzados ante la realidad de una caja imposible de cuadrar. Otros han encontrado su oportunidad en proyectos con más futuro, dentro y fuera de nuestras fronteras. El talento siempre se cotiza al alza, incluso en épocas de crisis.

Todas estas bajas son alarmantes, pero hay algunas que objetiva y cualitativamente tienen un mayor impacto y denotan, sin lugar a dudas, que algo grave está ocurriendo. Esta semana, el Doctor en Economía José María Guijarro, subdirector de AIDO, ha dejado el centro en el que ha trabajado desde su creación.

Los que tenemos la suerte de conocer a fondo a José María sabemos que su aportación al Instituto ha sido indiscutible y fundamental. AIDO no sería hoy en día lo que es sin su trabajo, su tenacidad y sus ideas, que siempre ha sabido transmitir tanto a su equipo como a los empresarios que hemos colaborado con él.

Innovador nato, además de sus múltiples facetas públicas como formador, conferenciante y comunicador, José María es una persona con altos valores y un auténtico visionario en muchos ámbitos.

Que una persona así, con 25 años de carrera dedicados a un Centro Tecnológico, decida cambiar de rumbo profesional, debería hacernos reflexionar a todos los que formamos parte del Sistema Valenciano de Innovación.

Algo falla cuando un activo tan valioso decide, a estas alturas de su carrera, dejar el Instituto Tecnológico en el que ha crecido como profesional y al que ha hecho crecer de su mano.

Sólo puedo concluir este escrito agradeciendo y deseando lo mejor a todo el personal que se ha visto obligado a dejar nuestros Institutos Tecnológicos y, en particular, a José María, por su dedicación durante estos años al servicio de la innovación en la Comunidad Valenciana. Sinceramente le deseo el éxito que se merece en su nueva andadura profesional, que confío y deseo que encuentre en poco tiempo. Suerte para el futuro José María. Y para nosotros… también.

 

 

 

Sin innovación no hay liderazgo

Diego del Agua, director comercial y de marketing de ainia centro tecnológico.

Artículo publicado en Levante EMV

Los cambios se están produciendo de manera acelerada. Desde que el consumidor se ha hecho prosumidor, es decir, productor y consumidor a la vez de productos, informaciones y servicios, , el mundo del marketing y los entornos de la innovación no han tenido más remedio que caminar juntos en una respuesta común.

En el sector alimentario se perciben claramente los nuevos vientos. Innovación, marketing, liderazgo y ROI ya no son elementos inconexos, sino áreas complementarias que se retroalimentan constantemente. Marcan el nuevo paradigma de la empresa alimentaria.

El I Congreso de Marketing Alimentario de España M4F-AINIA, donde destacados expertos de las principales marcas de nuestro país, distribución y asociaciones expusieron sus experiencias, ha sido un hervidero de visiones y reflexiones en torno a esto.

Sin innovación no hay diferenciación en producto. Y los prosumidores cada día valoran más el sabor y los elementos sensoriales y emocionales que le aportan valor. Innovar en la escucha activa del consumidor, incorporándole en las fases previas de desarrollo de producto, es necesidad. La delgada línea roja de la que no se puede prescindir.

Más datos: el 74% de las personas compran sólo lo esencial y es en la tienda donde se produce más del 80% de las decisiones de compra. El packaging representa los 10 últimos y decisivos segundos del marketing. Si esto es así, ¿quién se puede permitir en estos momentos no innovar en envases?.

Y tendencias: la interconexión. Multitud de canales interconectados obligan a innovar en nuevos conceptos de punto de venta así como en herramientas TIC para la personalización, segmentación y monitorización de ese consumidor ya no fiel.

Innovación en procesos productivos para conseguir hitos de eficiencia nunca antes marcados de forma tan ambiciosa, que respondan a su vez a valores éticos y responsabilidad social, corporativa y ambiental, la base de la reputación de hoy. O se innova, o nos quedamos fuera de juego.

Y por último la innovación en nuevas formas de vender, como el canal online y los nuevos formatos de tienda electrónica. Un canal además que abre oportunidades para la internacionalización y penetración en otros mercados.

La innovación se ha convertido en pieza clave del management actual. La innovación en mayúsculas, aquella que es consecuencia de la suma de investigación, desarrollo tecnológico y comercialización. La innovación de valor real que consigue que el líder gane eficiencia y aumente su ROI. Trabajar por y para eso es un privilegio como pocos. Y hacerlo durante más de 25 años continuados una historia de superación constante que nos obliga en ainia centro tecnológico

Modelos a imitar

Artículo de Damián Frontera, Presidente de REDIT, publicado en Levante EMV.

 

Últimamente se ha puesto de moda hacer benchmarking o, lo que es lo mismo, comparar productos, servicios y procesos de organizaciones similares a las nuestras para aprender de sus “buenas prácticas” con el objetivo final de mejorar nuestras propias entidades o empresas.

En REDIT, este ejercicio de aprender de los demás lo venimos haciendo de forma sistemática, desde siempre. Para ello, una vía ha sido la organización de misiones tecnológicas a diferentes países con los que contrastar nuestro sistema de innovación y nuestro modelo de Instituto tecnológico. Por citar un ejemplo, el año pasado viajamos a Alemania y descubrimos interesantes aspectos sobre el modelo de apoyo a la innovación empresarial de su gobierno y que nos han llenado de satisfacción, ya que demuestran que nuestra Red soporta bien la comparación con otras grandes redes. De hecho, hemos obtenido reconocimiento internacional por nuestro modelo de colaboración público-privada y hemos exportado nuestro modelo de Red a países como Perú o, recientemente, Marruecos.

En 2012, los ingresos de la Red de Institutos Tecnológicos ascendieron a más de 100 millones de euros, de los que el 53% fue de origen privado, y el 47% de fondos públicos competitivos, con un 33% de origen regional. Si c

omparamos este dato con Alemania, la corporación Fraunhofer, la principal red de apoyo a la I+D+i empresarial, tuvo en 2011 un 66,2% de sus más de 1.500 millones de euros de ingresos, de origen público.

Por su parte, el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts
(MIT) obtuvo un 88,7% de sus más de 1.500 millones de dólares de ingresos de I+D+i de origen público. De hecho, el Vicepresidente del MIT, el español Israel Ruiz, que ha estado esta semana en Valencia con motivo de la celebración de las jornadas EmTech, ha asegurado que “está claro que la investigación, tanto en Estados Unidos como en Europa, tiene que ser financiada por los Gobiernos porque es muy difícil con inversores interesados”. Una tesis que, en general, nuestros gobernantes prefieren ignorar.

En esta línea, desde REDIT siempre hemos defendido que el apoyo de la administración es imprescindible para mantener el éxito del sistema regional de innovación, tal y como ocurre en las regiones más avanzadas, tanto a nivel nacional como internacional.

Volviendo a lo oportuno de hacer benchmark, próximamente, dentro del ciclo de mesas redondas “La innovación, una apuesta de futuro”, REDIT organizará en colaboración con CIERVAL y los sindicatos CCOO-PV y UGT-PV, una jornada sobre modelos internacionales de apoyo a la innovación. Estoy seguro de que las conclusiones de la jornada serán de gran interés para el conjunto de agentes del sistema: empresa, entidades de I+D+i y Administración. Sin duda, todos tenemos mucho que aprender de las regiones de referencia…

 

Innovando para la recuperación

Artículo de Damián Frontera, Presidente de REDIT, publicado en Levante EMV

Después de un 2012 en el que el presupuesto nacional para I+D+i sufrió el mayor recorte de la historia, parece que se vislumbra un pequeño cambio de tendencia. En el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado, la partida destinada a Investigación y Ciencia ha subido por primera vez desde el comienzo de la crisis económica. Se trata sólo de un 3,5%, lejos de las verdaderas necesidades de nuestra industria, pero podría ser un pequeño soplo de aire fresco en estos tiempos difíciles.

La Generalitat también está ultimando estos días los presupuestos regionales para 2014. Y la realidad nos demuestra tozudamente que el presupuesto del IVACE, la agencia regional de desarrollo encargada de apoyar a nuestras empresas a través de las políticas de industria, viene decreciendo año tras año. Sólo en lo referente al impulso a Centros Tecnológicos, la dotación presupuestaria ha disminuido drásticamente pasando de casi 47 millones de euros en 2010 a 30 millones en 2013. Y lo que es peor aún, la previsión para el próximo ejercicio está en torno a los 20 millones de euros.

Tengo el convencimiento de que un presupuesto diseñado para la recuperación económica debe impulsar de forma decidida las políticas de crecimiento y, de modo muy particular, el apoyo a la innovación empresarial. Además, seguimos contando para ello con una importante aportación de fondos de la Unión Europea.

Una vez más, hay que señalar que las regiones líderes en todo el mundo se caracterizan, sin excepción, por una apuesta firme por la I+D+i, tanto en épocas de bonanza como, sobre todo, en épocas de crisis. Y aunque cabe imaginar la difícil encrucijada que debe suponer el diseño de los presupuestos en la actualidad, hay que recordar que la recuperación llegará mucho antes de la mano de un tejido empresarial más innovador e internacionalizado. Además, no hay que olvidar que los Institutos Tecnológicos hemos demostrado un impacto muy positivo tanto en los resultados empresariales, como en el PIB y en la recaudación de IVA e IRPF, principales vías de ingresos de la Administración.

Por ello, desde esta tribuna vuelvo a defender la necesidad de que nuestros presupuestos para 2014 sean valientes y apuesten por la innovación como palanca para la recuperación económica. Hace unas semanas, escribía César Molinas que “nadie alza la voz para justificar los recortes en I+D y en innovación, pero tampoco para criticarlos. La maquinaria presupuestaria de Hacienda prosigue su tarea sigilosa y terrible.” Confío en que nuestro presupuesto regional para 2014 nos demuestre lo contrario y el Gobierno sepa valorar la importancia de la partida correspondiente a la I+D+i.

Una inversión muy rentable

 

Artículo publicado en Levante EMV

A finales de julio el presidente Fabra presentó la Estrategia de Política Industrial de la Comunidad Valenciana a la que la Generalitat tiene previsto destinar 1.470 millones hasta 2020, es decir, unos 210 millones al año. Se pretende duplicar en seis años el gasto en innovación empresarial hasta alcanzar el 2% del PIB, con el objetivo de reindustrializar la economía y generar mayor empleo, estabilidad y riqueza.

Unos días antes REDIT dio a conocer en la sede de CIERVAL el estudio “Medida del impacto de los Institutos Tecnológicos en los resultados empresariales” que incide precisamente en esto, en la importancia de generar valor tanto para las empresas como para la economía de nuestra región.

Uno de los datos más llamativos del informe, realizado por la Universidad Carlos III de Madrid, es que las empresas que colaboran de forma habitual con nuestros Institutos Tecnológicos tienen una productividad del trabajo un 9% superior a la de las empresas que no colaboran con agentes externos para la innovación.

Estas empresas llevan a cabo más actividades de I+D interna, solicitan más patentes y el valor de sus exportaciones a países fuera de la UE es un 17,2% superior. Además, se estima que 1,7 de cada 10 euros de su volumen de exportación puede atribuirse al impacto de los Centros de REDIT y que el efecto de su actividad en la economía regional es superior al 1,8% del PIB, situándose por encima de los 1.800 millones de euros.

Los resultados de este informe demuestran que el modelo valenciano de Instituto Tecnológico constituye un excelente ejemplo de colaboración público-privada. Nuestros ingresos de 2012 provinieron en un 53% del sector privado y en un 47% de fondos públicos competitivos, con un 33% de origen regional. Podría parecer que el apoyo público es mucho pero, si lo comparamos con otros sistemas de innovación tanto nacionales como internacionales, resulta que aún estamos a gran distancia de quienes constituyen la referencia. Por ejemplo, en Alemania, la principal red de Centros Tecnológicos, la corporación Fraunhofer, tuvo en 2011 un 66,2% de sus ingresos de origen público. Por su parte, el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) obtuvo un 88,7% de sus más de 1.500 millones de dólares de ingresos de I+D+i de origen público.

Además, mientras la inversión pública regional en los Institutos Tecnológicos en 2012 fue de 36 millones de euros, en el mismo año los Centros captaron más de 79 millones de euros de fondos nacionales y europeos para ellos y sus empresas cliente. Esto supone que por cada euro de financiación regional, los Institutos Tecnológicos contribuyeron a atraer 2,2 euros de financiación nacional y europea a la Comunidad Valenciana. ¿Qué empresario no aumentaría su inversión en un negocio así?

La innovación en las regiones del siglo XXI

Damián FronteraArtículo de Damián Frontera, Presidente de REDIT, publicado en Levante.

La presentación de la nueva estrategia del IVACE para los Institutos Tecnológicos ha suscitado muchas preguntas relacionadas con la eficiencia o la sostenibilidad futura de nuestra Red.

Sin duda, como toda organización bajo la lupa, hay aspectos mejorables. Incluso es posible que algunos Institutos pudieran salir fortalecidos de una hipotética reestructuración que, en todo caso, precisaría de un presupuesto específico para llevarse a cabo con una mínima garantía de éxito. No es mi intención entrar ahora a valorar las propuestas formuladas desde el IVACE, que deben ser analizadas por los Consejos Rectores de los Institutos.

Sin embargo, la reorganización se fundamenta en algunas premisas no acordes a la realidad del modelo valenciano de Instituto Tecnológico, sobre las que quizás conviene realizar algunas aclaraciones.

Por un lado, se habla de un elevado peso de los apoyos públicos, que representan el 47% de los ingresos, así como de la excesiva dependencia de los fondos regionales, que se sitúan en el 33%. Sin embargo, si comparamos estos datos con la referencia europea de innovación, la Corporación Fraunhofer, llegamos a la conclusión de no somos tan dependientes de las ayudas públicas. Ellos tienen más de un 60% de apoyos públicos de los que, en 2011, más del 55% fue de origen regional y nacional.

Por otro lado, tampoco parece serio que IVACE señale, como factor propio de la Red de Centros, sus problemas de liquidez, cuando mantiene con ellos una deuda de más de 60 millones de euros que está en el origen de su débil situación financiera actual.

Pero, sobre todo, es alarmante que la dotación para los Institutos Tecnológicos se quiera reducir en 2014 a más de la mitad del presupuesto de 2013, lo que equivaldría a una rebaja del 70% respecto a 2010. Ningún cambio organizativo puede justificar esta drástica caída. Si la dotación de fondos propios de la Generalitat al IVACE sigue disminuyendo (recordemos que ésta tuvo en 2012 el mismo valor que en 1985), las grandes perjudicadas serán las empresas. La tendencia de nuestro tejido industrial ha sido de relajación de su apuesta por la I+D+i debido, en gran medida, a la desaparición de líneas de apoyo del IVACE, así como al descrédito y desconfianza producidos por los pagos pendientes a las empresas beneficiarias desde 2010.

Hace falta una dotación presupuestaria adicional para la innovación que permita situar a la Comunidad Valenciana entre las regiones españolas de referencia. Ahora más que nunca debe reforzarse el compromiso con la I+D+i si, tal y como nosotros estamos convencidos, va a ser la clave del futuro de las regiones del siglo XXI.

Nuestros Institutos, entre los mejores de Europa

Artículo publicado en Levante EMV

La seDamián Fronteramana pasada vivimos en REDIT un momento de gran satisfacción. Inescop y Ainia fueron premiados por la Comisión Europea por los resultados en materia medioambiental de dos de sus proyectos de I+D+i.

Inescop ha sido reconocido con el galardón “Best of the Best”, premio otorgado solo a cuatro de los proyectos presentados, por su trabajo de curtición tradicional con sales de cromo.

En cuanto al proyecto liderado por Ainia, consiste en la producción de biogás y biodiesel en una misma instalación a partir de aceites de fritura, restos de comida de restaurantes y deshechos de industrias alimentarias.

Estos no han sido los únicos reconocimientos que han recibido los Institutos recientemente. Por citar algunos, Aimplas e IBV han conseguido el Premio “Green Up” por la obtención de un bolardo de caucho reciclado que aumenta la seguridad vial; ITC ha logrado el “I Ceramic TT Award” en Italia a la transferencia de tecnología, por su sistema de control de prensas; ITI ha sido premiado en la Competición Internacional “NoAE” por su sistema de inspección industrial en tres dimensiones y la tecnología de nano-refuerzos de ITENE ha sido el único representante español seleccionado en el “Pack Innovation Emballage 2012”.

Además de la satisfacción por el reconocimiento al trabajo bien hecho, hay que destacar que estos proyectos atraen a la Comunidad Valenciana millones de euros que, de otra manera, irían a parar a otras regiones de Europa. Proyectos así contribuyen a que nuestros Institutos capten cada año una media de 79 millones de euros nacionales y europeos, tanto para ellos como para sus empresas clientes.

Los datos demuestran que las empresas que colaboran con nuestros Institutos realizan más actividades de I+D interna, hacen más innovación de producto y tienen una productividad del trabajo un 9% superior. Son sólo algunas de las conclusiones de un estudio de investigación de la Universidad Carlos III de Madrid que presentaremos en las próximas semanas.

Nuestro trabajo es reconocido a nivel internacional y en Europa nos catalogan como los “mejores de los mejores”. Ahora solo falta que también a nivel regional y nacional se valore nuestra actividad y se apoye la labor de los Centros en su impulso a la competitividad de las empresas. Es trágico que las deudas de la Generalitat mantengan en jaque al Sistema Valenciano de Innovación, máxime cuando en términos comparativos, esta deuda es nimia frente a la de otros colectivos y, sin embargo, nuestro impacto y rentabilidad de cara al futuro es incontestable. No deberíamos olvidar que los Centros tienen un importante efecto inducido en la recaudación de IVA e IRPF, principales vía de ingresos de la Generalitat Valenciana.